El hipotiroidismo es una enfermedad común que afecta a entre el 0,2% y el 5,3% de la población general en Europa, principalmente a mujeres en la posmenopausia. La enfermedad ocurre cuando la glándula tiroides no produce suficientes hormonas tiroideas, como la tiroxina (T4) y la triyodotironina (T3), que son importantes para regular el metabolismo, el crecimiento y otras funciones corporales clave, como la fertilidad.
Los síntomas del hipotiroidismo pueden ser leves o inespecíficos al principio, pero pueden volverse más persistentes con el tiempo. Algunos síntomas comunes incluyen:
El hipotiroidismo puede clasificarse en dos categorías principales, según las causas que lo determinen:
El hipotiroidismo primario, la forma más frecuente, se produce cuando la glándula tiroidea está dañada o no funciona perfectamente. Por consiguiente, no produce cantidades suficientes de hormonas tiroideas. Puede ser debido a una patología tiroidea congénita, es decir, presente desde el nacimiento (hipotiroidismo congénito), o bien adquirida (hipotiroidismo adquirido) después de una enfermedad autoinmune (como la tiroiditis de Hashimoto) o de una intervención quirúrgica (como, por ejemplo, la extirpación de la tiroides) o la radioterapia, la terapia con yodo-131, el uso de algunos fármacos o la carencia de yodo.
El hipotiroidismo secundario es menos común y ocurre cuando la hipófisis, que se encuentra en la base del cráneo, no produce suficiente TSH, la hormona que estimula la tiroides para producir las hormonas tiroideas, o bien derivado de un problema con el hipotálamo. Esta condición puede estar causada por una lesión o por un tumor que daña la hipófisis, por una intervención quirúrgica o por radioterapia en el área cerebral, o por algunas enfermedades genéticas.
Para determinar si sufres de hipotiroidismo, tu médico llevará a cabo un examen físico general y palpación del cuello para evaluar posibles síntomas. Posteriormente, solicitará un análisis de sangre sencillo para valorar la funcionalidad de la tiroides. En caso de hipotiroidismo, los valores de TSH (hormona producida por la hipófisis que controla la producción de las hormonas tiroideas) serán elevados y los niveles de T3 y T4 serán bajos. A esto se le conoce como hipotiroidismo franco.
Existe también una forma de hipotiroidismo denominada hipotiroidismo subclínico, en la que los niveles de TSH están fuera del rango de referencia, pero las hormonas tiroideas se mantienen dentro de los valores normales. En estos casos, no se suelen presentar síntomas.
Una vez confirmado el diagnóstico de hipotiroidismo, tu médico solicitará otros exámenes para evaluar la causa y la gravedad de la enfermedad, como la evaluación de anticuerpos antitiroides (AbTPO[anticuerpos antiperoxidasa tiroidea] , AbTG [anticuerpos antitiroglobulina] , AbTR [anticuerpos antirreceptor de TSH]), ecografías, entre otros.
El tratamiento farmacológico para el hipotiroidismo consiste en la terapia sustitutiva con hormonas tiroideas sintéticas (levotiroxina), que reemplazan las hormonas que la tiroides no puede producir adecuadamente. La terapia se toma por vía oral todos los días, preferiblemente en ayunas y por las mañanas.
La dosis la determinará su especialista y dependerá de la gravedad de la enfermedad, el nivel de TSH y las hormonas tiroideas, el peso y el historial clínico. Una vez que se alcance el objetivo adecuado de TSH, la dosis diaria preestablecida se mantendrá constante y, si no hay complicaciones, serán suficientes unos controles anuales de laboratorio. En general, la terapia sustitutiva con levotiroxina es bien tolerada.
Si el hipotiroidismo no se diagnostica ni se trata, la enfermedad puede empeorar y dar lugar a diversas complicaciones, como la formación de bocio (aumento de volumen de la tiroides), insuficiencia cardíaca, aumento de la presión diastólica, neuropatía periférica o mixedema (acumulación subcutánea de líquido que se produce principalmente después de un hipotiroidismo grave). Además, el hipotiroidismo no tratado puede reducir la fertilidad femenina, aumentar el riesgo de mal desarrollo neuronal en los niños nacidos de madres con hipotiroidismo.
Durante la vida del feto, el hipotiroidismo denominado congénito, es decir, presente en el nacimiento, si no se trata, puede provocar graves alteraciones del desarrollo físico y cognitivo. Durante la infancia (hipotiroidismo adquirido) puede determinar un retraso en el desarrollo sexual. En cambio, si se diagnostica a tiempo y se instaura un tratamiento adecuado, es posible compensar la falta de hormonas tiroideas controlando eficazmente la enfermedad y garantizando una buena calidad de vida.
2304SO000031 - Última actualización abril de 2023
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